Renovar una Casa de los Años 70-80: ¿Por Dónde Empezar?

19 de junio de 2025

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¿Acabas de comprar una casa de los años 70 u 80 y te sientes abrumado ante la magnitud del proyecto de renovación? No estás solo. Estas viviendas, aunque sólidas estructuralmente, presentan desafíos únicos: instalaciones obsoletas, aislamientos deficientes, distribuciones compartimentadas y materiales que ya no cumplen los estándares actuales.

La clave del éxito en la renovación de una casa de esta época no está en lanzarse directamente a demoler paredes o cambiar suelos, sino en seguir una metodología probada que te permita optimizar tanto tu presupuesto como tus resultados. Un enfoque desordenado puede llevarte a gastos innecesarios, retrasos costosos y decisiones de las que te arrepentirás años después.

En este artículo, te guiaremos a través del proceso completo de planificación para renovar tu casa de los 70-80. Aprenderás a realizar un diagnóstico exhaustivo, establecer prioridades inteligentes, calcular presupuestos realistas y evitar los errores más comunes que cometen los propietarios novatos. Al final, tendrás un plan de acción claro y estructurado que transformará tu proyecto de renovación en una experiencia controlada y gratificante.

Introducción a los Desafíos y Oportunidades

Renovar una casa de los años 70-80 presenta características únicas que es importante conocer antes de empezar. Analizar tanto las ventajas como los inconvenientes te permitirá planificar mejor tu proyecto.

CONTRAS - Desafíos Típicos de las Casas 70-80

  • Instalaciones obsoletas: Electricidad sin toma de tierra y fontanería con materiales problemáticos
  • Aislamiento deficiente: Paredes sin aislamiento o con materiales de baja eficiencia energética
  • Distribución compartimentada: Espacios pequeños y separados que limitan la luz natural
  • Materiales con amianto: Posible presencia en fibrocemento, suelos y aislamientos
  • Ventanas de baja calidad: Marcos de aluminio sin rotura de puente térmico
  • Sistemas de calefacción ineficientes: Calderas antiguas y radiadores sobredimensionados

PROS - Ventajas de las Construcciones 70-80

  • Estructura sólida: Construcción con materiales resistentes y cimientos bien ejecutados
  • Distribución modificable: Tabiques no portantes que permiten redistribuir espacios fácilmente
  • Superficies generosas: Habitaciones amplias y techos altos comparado con construcciones actuales
  • Ubicaciones privilegiadas: Situadas en barrios consolidados con buena comunicación
  • Precio de compra atractivo: Coste inicial inferior a viviendas más modernas
  • Potencial de revalorización: Alta rentabilidad tras una renovación bien ejecutada

Diagnóstico y Evaluación Inicial

El primer paso fundamental antes de tocar cualquier elemento de tu casa de los años 70-80 es realizar un diagnóstico exhaustivo que te permita entender el estado real de la vivienda y identificar las prioridades de intervención.

Comienza por las instalaciones básicas, ya que representan tanto el mayor riesgo como la mayor inversión. La instalación eléctrica de esta época raramente cumple con las normativas actuales. Busca signos evidentes como enchufes sin toma de tierra, cuadros eléctricos con fusibles cerámicos, cables de aluminio o secciones insuficientes. Si detectas alguno de estos elementos, la renovación eléctrica completa será prioritaria y debe ser lo primero en tu presupuesto.

La fontanería también requiere atención especial. Las tuberías de plomo eran comunes hasta finales de los 70, y aunque las de cobre son más duraderas, pueden presentar problemas de corrosión tras 40-50 años de uso. Revisa la presión del agua, busca manchas de humedad en paredes y techos, y verifica el estado de grifería y sanitarios. Una renovación parcial puede ser suficiente si solo afecta a elementos puntuales.

El aislamiento térmico es otro punto crítico. Las casas de esta época se construían con estándares energéticos muy diferentes a los actuales. Comprueba el espesor del aislamiento en paredes exteriores (si existe), el estado de las ventanas y la presencia de puentes térmicos. Una termografía profesional puede revelarte pérdidas energéticas invisibles al ojo humano que impactan directamente en tu factura de calefacción.

No olvides realizar una inspección estructural básica. Aunque estas construcciones suelen ser sólidas, busca grietas significativas, problemas de humedad estructural, o modificaciones previas que puedan haber comprometido elementos portantes. Si tienes dudas, un arquitecto técnico puede confirmar la viabilidad de tus planes de redistribución.

Finalmente, documenta el estado de acabados como suelos, paredes, carpintería y instalaciones auxiliares. Esta información te permitirá distinguir entre elementos que requieren sustitución inmediata y aquellos que pueden mantenerse temporalmente para escalonar la inversión.

Establecimiento de Prioridades y Presupuesto

Una vez completado el diagnóstico, el siguiente paso crucial es establecer un orden de prioridades lógico que optimice tanto la funcionalidad como el presupuesto disponible.

La jerarquía de intervenciones debe seguir siempre el mismo patrón: estructura, instalaciones básicas, envolvente térmica, distribución interior y acabados. Esta secuencia no es arbitraria, sino que responde a criterios de seguridad, eficiencia económica y logística de obra.

Las instalaciones básicas (electricidad, fontanería y calefacción) deben ser tu primera prioridad absoluta. No solo por seguridad, sino porque intervenir en estas instalaciones después de hacer acabados significa romper paredes, suelos y techos recién renovados. Presupuesta entre 8.000 y 15.000 euros para una renovación completa de instalaciones en una vivienda de 100 m², dependiendo de la complejidad y calidad de los materiales elegidos.

El aislamiento y ventanas constituyen la segunda prioridad. Una envolvente térmica eficiente puede reducir tu factura energética hasta un 60%, lo que hace que esta inversión se amortice en 8-12 años. Para una casa típica de los 70-80, calcula entre 12.000 y 20.000 euros para aislamiento completo (SATE o trasdosado interior) y sustitución de ventanas por otras de altas prestaciones.

La redistribución de espacios viene en tercer lugar. Las casas de esta época suelen tener distribuciones muy compartimentadas que no se adaptan a los estilos de vida actuales. Abrir espacios entre cocina y salón, crear suites parentales o integrar zonas de trabajo son intervenciones que aportan gran valor con inversiones moderadas. Presupuesta entre 5.000 y 12.000 euros dependiendo del alcance de la redistribución.

Los acabados (suelos, pintura, cocina, baños) deben quedar para el final. Aunque son los elementos más visibles y los que mayor satisfacción inmediata proporcionan, pueden escalonarse en el tiempo según tu capacidad económica. Una estrategia inteligente es hacer una renovación básica funcional inicialmente y mejorar acabados progresivamente.

Para el presupuesto global, ten en cuenta que una renovación integral de una casa de los 70-80 oscila entre 400 y 800 euros por metro cuadrado, dependiendo del nivel de acabados y la necesidad de modificaciones estructurales. Añade siempre un 20% de imprevistos a tu presupuesto inicial, ya que este tipo de viviendas suele deparar sorpresas ocultas durante la obra.

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